Ignacio Reyes nació en Tenerife en 1962 y es Doctor en Filología y Licenciado en Historia por la Universidad de La Laguna. Este investigador ha centrado la mayor partde de su trabajo en el estudio de la cultura y la lengua amazigh de nuestro archipiélago, y nosotros hoy hemos tenido el placer de entrevistarle:
1. ¿Es verdad que las lenguas Tamazight de Canarias
pudieron seguirse empleando por pequeños grupos incluso después del siglo
XVIII?
Permítanme, en primer lugar, que haga una pequeña matización
al enunciado de su pregunta. Aunque a menudo las fronteras entre lengua y
dialecto se presentan bastante borrosas en la realidad, en mi opinión no hay
margen para plantear la llegada a Canarias de dos o más “lenguas Tamazight”.
Pienso que, con mayor seguridad, estamos ante la confluencia insular de
modalidades de hablas adscritas a dos flujos dialectales: uno meridional o
tuareg y otro septentrional, más heterogéneo.
Por lo que respecta a esa posible continuidad, el dato puntual
remite a la afirmación del comerciante escocés George Glas que, en 1764,
menciona, como excepción al mestizaje entre población nativa y colonizadora,
«algunas pocas familias por Candelaria, Güímar y Chasnia». Y a partir de ahí se
han formulado lecturas lingüísticas tan extensivas como infundadas. Con lo
abrupto de la geografía que caracteriza nuestro suelo, no se puede descartar
cierta pervivencia en núcleos muy restringidos, pero basta observar las comunidades
indígenas de América Latina por ejemplo para comprender que una fase prolongada
de bilingüismo activo habría conducido a una realización muy distinta del
español que empleamos en la actualidad.
2. ¿Qué puede aportarnos la evidencia epigráfica con
grabados alfabetiformes al estudio del tamazigh insular?
Los materiales epigráficos carecen de dataciones
absolutas y registros bilingües suficientes y contrastados. Por tanto,
cualquier afirmación en este ámbito de la investigación siempre asume valores
muy tentativos, aunque sin acumular errores, dentro de un protocolo científico,
también será difícil avanzar. Con esto claro, las aportaciones lingüísticas ocupan
categorías similares a las que ofrece cualquier otra fuente escrita, salvo por
las peculiaridades de la escritura en sí, como su contenido básicamente
consonántico o la casi ausencia de segmentación o separación entre las
palabras. Pero rubros como el léxico, la sintaxis, la morfología o incluso
aspectos socio y etnolingüísticos pueden ser escrutados con provecho.
3. ¿Cuáles son las diferencias principales que había
entre las diferentes lenguas del Archipiélago?
Con la información disponible, los asentamientos humanos
diferentes del amaziq parecen haber estado muy acotados tanto en el tiempo como
en su emplazamiento. Nada hace pensar que esta milenaria cultura norteafricana
conviviera con cualquier otra en un rango semejante. Y, en su interior, debo
insistir en que, a mi juicio, no hubo una diferenciación dialectal que
comprometiera la intercomprensión entre las diversas modalidades de habla de
esta lengua cultivadas en el Archipiélago. Aunque la fragmentación insular y la
presencia de los dos flujos dialectales que he mencionado, sin duda debieron de
generar peculiaridades más o menos segregadoras. Un código abierto como lo es
un idioma se nutre de las experiencias que desarrolla cada comunidad de
hablantes en un entorno determinado y a través de un devenir histórico
específico, por lo que las singularidades léxicas, fonéticas o gramaticales en
general constituyen un episodio muy común, pero también se ha de considerar la
importante tendencia conservadora que exhibe la lengua amaziq, acaso acentuada
en las Islas como protección del vínculo identitario tras su emigración desde
las tierras continentales.
4. ¿Qué zonas del norte de África han influido más en la
lengua de las poblaciones imazighen de Canarias?
Si nos atenemos a la ubicación actual de los dialectos
continentales que participaron en la composición del amaziq insular, deberíamos
destacar dos comarcas principales. Por un lado, el triángulo meridional formado
por el Hoggar argelino, la región de Meneka, en el Aẓawăd, y el Macizo del Ayr
y la cuenca occidental del Ăzăwagh, en Níger. De otra parte, un territorio más
dilatado, desde la Cabilia argelina hasta el Anti-Atlas, pero con especial
relevancia para el Marruecos central.
Sin embargo, esta distribución requiere cierto ajuste
histórico a la época en la que presumimos que se pobló el Archipiélago, entre
el -500 y el tránsito a la Era. Así, las comunidades meridionales o tuaregs
habrían estado residenciadas por entonces en un ámbito más oriental, desde la Constantina
argelina y Túnez hasta Tripolitania y el Fezzán. Quizá esto explique también
la relativa importancia de la Cabilia y, en particular para la isla de El
Hierro, del Atlas sahariano.
Caso aparte demanda la tribu rifeña de los ghomâra,
heredera, al parecer, de una tradición lingüística extendida desde el Atlas
Medio hasta el Anti-Atlas, pero hoy en día muy arabizada.
No obstante, queda mucho todavía por investigar para
obtener una decantación más fidedigna de todos los marcadores geolingüísticos
pertinentes para el conocimiento de las hablas ínsuloamazighes.
5. ¿Cree usted que debería incrementarse en Canarias el
interés científico y cultural sobre la cultura amazigh y sus relaciones con el Archipiélago?
Imagino que cualquier investigador considera que su
materia de estudio merece mayor atención por el conjunto de la sociedad. Pero,
en este asunto, estamos ante un diacrítico identitario insoslayable, motivo por
el cual las decisiones personales y profesionales, tanto por acción como por
omisión, asumen a menudo una coloración ideológica y política inevitable. Desde
luego, lo ideal sería producir respuestas más equilibradas y menos mediatizadas
por los diversos intereses en juego, pero me temo que algo así sólo será
posible una vez que el Archipiélago se desprenda de la férula colonial y pueda
redefinir en libertad la mejor relación con su pasado y con aquella parte de su
identidad que sigue viva también en el Continente.
MUY BUENO EL ARTICULO Gracias
ResponderEliminarAunque no comparto su visión del amazigh en Canarias, lo respeto porque a defendido y trabajado su linea de investigación. Pero sus argumentos me resultan endebles y enrevesados y no dan respuestas convincentes a la lengua aborigen.
ResponderEliminarEn mi opinión, este señor con su falta de rigor está liando y enredando sin necesidad nuestra cultura guanche. O por lo menos la consciencia que la gente tiene de ella. Lo suyo sólo son teorías sin nada, ideas que la gente ha derivado en moda y de ahí en dogmas sin fundamento.
ResponderEliminarMenos criticar y más colaborar ...y si no punto en boca y a seguir jugando con la playstation
ResponderEliminarEstimado Anónimo papanatas. Por si lo dices por mi comentario, es justo lo que estoy haciendo. Colaborar describiendo las cosas como son. Debe ser que no te da para entender. Aquí se habla de Historia. Para comprensión lectora hay cosas más básicas por ahí.
EliminarTú hablas de ir a misa, pobre iluso. El punto dátelo tú, anda.
Insisto, el diccionario este no se sostiene, así de sencillo. Es muy obvio. Es un invento con falta de rigor que cualquiera puede ver en un rato. Lo siento por él, pero es así. Están enfangando la cultura guanche con esto de mala manera y nada más. Es muy obvio.
Y punto.
Hola. Escribo porque estoy tratando de conseguir un libro del autor canario Ignacio Reyes García de este post. Concretamente el que lleva como título "El habla prehispánica de La Palma". Lo necesito para un trabajo que estoy realizando pero no lo encuentro en ninguna librería insular ni tampoco online.
ResponderEliminarY he pensado que quizás podrían ayudarme a contactar con él de cara a encontrar la obra que busco. Realmente la necesito y quizás puedan facilitarme su correo electrónico para escribirle.
Quedo a la espera de su respuesta.
Un saludo y muchas gracias.