miércoles, 23 de septiembre de 2015

Entrevista a Fabio Carreiro y David Rodríguez

            Fuimos compañeros del Grado de Historia en la Universidad de  La Laguna en la promoción de 2010 a 2014. Durante el ultimo curso, por circunstancias académicas, tuvimos que realizar juntos un proyecto de Prácticas Externas en el Museo Arqueológico de Tenerife, donde nos correspondió inventariar, catalogar y estudiar una fantástica colección de arqueología que la Guardia Civil había requisado en Tacoronte a un señor, tutorizados por la Catedratica de Prehistora Carmen del Arco y por las técnicos del Museo, Mercedes Martín y Mercedes del Arco. Mientras buscábamos bibliografía para documentarnos percibimos que existía un vacío importante sobre el tema en general, quizás por la complejidad del mismo (y la polémica que suscita) y decidimos comenzar a trabajar en el tema, en este sentido “El Coleccionismo Arqueológico en Tenerife” era como una iniciación en la que nos gustaría progresar y ampliar en el futuro.
           
1. Como saben, este blog está dedicado a la Arqueología. ¿Podrían contarnos de manera resumida dónde han excavado? ¿En qué excavación han aprendido más?
Tenemos una cierta y limitada experiencia como estudiantes y participantes en algunas excavaciones arqueológicas y cursos tanto en el archipiélago como en la Península y en Baleares. Cabría destacar que la experiencia en el Museo Arqueológico de Tenerife, nos permitió trabajar en un yacimiento privilegiado que está ofreciendo resultados muy interesantes, el de Lobos  I, en la isla de Lobos, frente a la costa norte de Fuerteventura y este verano pudimos aprovechar la fantástica experiencia del I Campus de Arqueología de Cueva Pintada, donde hemos podido aproximarnos a la gestión de un espacio único y a la innovadora metodología que supone la práctica arqueológica en un lugar de esa importancia.

2. Han estado un tiempo trabajando en prácticas en el Museo de la Naturaleza y el Hombre en Santa Cruz de Tenerife, donde se ubica el Museo Arqueológico de la isla. ¿Cómo ha sido la experiencia?
La experiencia de las Prácticas Externas en el Museo Arqueológico ha sido una actividad en la que cabría destacar la posibilidad que nos ha brindado de interrelación con profesionales de un notorio prestigio profesional e intelectual, más allá incluso de las personas que nos tutorizaban tanto académica como externamente, lo cual ha sido un auténtico privilegio, pero no sólo por la vertiente “laboral”, sino también por la extraordinaria calidad humana y la generosidad que han demostrado continuamente colaborando con nosotros en lo que fuera necesario para que desarrolláramos las actividades en que consistía nuestro proyecto de prácticas externas de la mejor manera. Ambos hemos trabajado en la catalogación y documentación de colecciones de donaciones arqueológicas y bioantropológicas, bajo la supervisión de técnicos del Museo Arqueológico de Tenerife y del Instituto Canario de Bioantropología. En gran medida del esfuerzo de esas Prácticas nace el libro "El coleccionismo arqueológico de Tenerife", pues efectivamente nos llevaron a indagar más sobre este tema, considerando la escasa producción bibliográfica que encontramos.

3. Recientemente han publicado un libro que se titula: "El coleccionismo arqueológico en Tenerife". ¿Podrían contarnos de qué trata este trabajo?
Se trata principalmente de un intento de sistematización de un tema complejo, que aborda desde los orígenes del coleccionismo arqueológico, consideraciones al respecto, la importancia que ha tenido en las islas, las mentalidades que se encuentran detrás... Hay una revisión bibliográfica en varios frentes, tanto textos científicos como de prensa y también un estudio jurídico que intenta explicar por qué la práctica coleccionista perdura tanto en el tiempo, al no estar expresamente prohibida e incluso aceptada socialmente como algo positivo, como se puede analizar a través de la prensa, de las fuentes orales... En cuanto a la legislación, siempre teniendo en cuenta que las leyes avanzan más lentas que las sociedades y en este sentido quizás el patrimonio ha sido un ejemplo a sensu contrario, la necesidad de protección del patrimonio no ha sido apreciada por todo el mundo de igual manera, aun hoy en día el coleccionismo de material arqueológico, pese a que lo prohibe la ley, es una práctica muy arraigada en Canarias y se observa con cierta pasividad por la Administración a nuestro juicio.

4. Fabio, como Licenciado en Derecho que eres. ¿Qué tipo de penas existen para quienes expolian el patrimonio o simplemente alteran el registro arqueológico?
Es verdad que la formación jurídica te da otra perspectiva de análisis de este tema, no puramente a nivel histórico, sociológico, pero bajo mi perspectiva y creo que ambos la compartimos, siempre hay que intentar entender que la ley es coercitiva por si misma, sin una apuesta educativa, formativa detrás desde los niveles más esenciales, tiende a tener poca efectividad. En ese sentido además de las posibles sanciones, lo importante es que la gente esté concienciada seriamente de que el respeto al patrimonio y al pasado es fundamental para configurarnos como una sociedad mejor, más avanzada…
En cualquier caso entre las distintas disposiciones legales que existen yo destacaría por su proximidad con el tema del coleccionismo que estamos abordando, la Ley 4/99, en su título VI y concretamente el artículo 96.2. i) que es esclarecedor: “no comunicar a la autoridad competente los objetos o colecciones de materiales arqueológicos que se posean por cualquier concepto, o no entregarlos en los casos previstos en esta Ley, así como hacerlos objeto de tráfico” supone una multa de hasta 150.000 euros si atendemos al artículo 99.b de la misma Ley.

 

5. La pregunta del millón. Sabemos que han estado excavando en el yacimiento romano de la Isla de Lobos (Fuerteventura). ¿De qué se trata dicho yacimiento?
El yacimiento de Lobos I, tal y como el equipo directivo ha explicado tanto en los medios de comunicación como en la exposición temporal que se está mostrando estos días en Fuerteventura, puesto que todavía se está a la espera de que se publiquen los primeros estudios, es un taller de producción de púrpura de época romana, fechado entre el siglo I a.C y el I d. C. Se trata de una instalación estacional, con zonas de vertidos, concheros, originados por la acumulación del proceso extractivo de moluscos marinos, correspondiendo el 99% a la especie Stramonita haemastoma; con un patrón de fractura de origen antrópico realizado con el fin de extraer el molusco vivo y obtener su tinte.
 El registro arqueológico encontrado hasta el momento, está comprendido por una manufactura romana: cerámica a torno (vajilla de mesa y cocina, ánforas, recipientes de cerámica fina…), metales (anzuelos, punzones, aguja de coser redes, fíbulas…) y un instrumental lítico (yunques, machacadores y mortero). Los restos de alimentación muestran un consumo de ovicaprinos, cerdos, peces, moluscos y cereales.

Este descubrimiento tan singular en el archipiélago, nos hace plantearnos en situar al islote de Lobos, como límite meridional de los intereses económicos romanos en época altoimperial. Como bien sabemos la púrpura fue considerada uno de los productos más preciados de su tiempo, convirtiéndose su comercialización en una actividad muy lucrativa que minimizaba los costes de explotación en zonas tan alejadas del Imperio, como nuestro archipiélago.