Entrevista a Fabio Carreiro y David Rodríguez
Fuimos compañeros del Grado de
Historia en la Universidad de La Laguna
en la promoción de 2010 a 2014. Durante el ultimo curso, por circunstancias
académicas, tuvimos que realizar juntos un proyecto de Prácticas Externas en el
Museo Arqueológico de Tenerife, donde nos correspondió inventariar, catalogar y
estudiar una fantástica colección de arqueología que la Guardia Civil había
requisado en Tacoronte a un señor, tutorizados por la Catedratica de Prehistora
Carmen del Arco y por las técnicos del Museo, Mercedes Martín y Mercedes del
Arco. Mientras buscábamos bibliografía para documentarnos percibimos que
existía un vacío importante sobre el tema en general, quizás por la complejidad
del mismo (y la polémica que suscita) y decidimos comenzar a trabajar en el
tema, en este sentido “El Coleccionismo Arqueológico en Tenerife” era como una
iniciación en la que nos gustaría progresar y ampliar en el futuro.
1. Como saben, este blog está dedicado a la Arqueología. ¿Podrían contarnos
de manera resumida dónde han excavado? ¿En qué excavación han aprendido más?
Tenemos una cierta y limitada experiencia como estudiantes y participantes
en algunas excavaciones arqueológicas y cursos tanto en el archipiélago como en
la Península y en Baleares. Cabría destacar que la experiencia en el Museo
Arqueológico de Tenerife, nos permitió trabajar en un yacimiento privilegiado
que está ofreciendo resultados muy interesantes, el de Lobos I, en la isla de Lobos, frente a la costa
norte de Fuerteventura y este verano pudimos aprovechar la fantástica
experiencia del I Campus de Arqueología de Cueva Pintada, donde hemos podido
aproximarnos a la gestión de un espacio único y a la innovadora metodología que
supone la práctica arqueológica en un lugar de esa importancia.
2. Han estado un tiempo trabajando en prácticas en el Museo de la
Naturaleza y el Hombre en Santa Cruz de Tenerife, donde se ubica el Museo
Arqueológico de la isla. ¿Cómo ha sido la experiencia?
La
experiencia de las Prácticas Externas en el Museo Arqueológico ha sido una
actividad en la que cabría destacar la posibilidad que nos ha brindado de
interrelación con profesionales de un notorio prestigio profesional e
intelectual, más allá incluso de las personas que nos tutorizaban tanto
académica como externamente, lo cual ha sido un auténtico privilegio, pero no
sólo por la vertiente “laboral”, sino también por la extraordinaria calidad
humana y la generosidad que han demostrado continuamente colaborando con
nosotros en lo que fuera necesario para que desarrolláramos las actividades en
que consistía nuestro proyecto de prácticas externas de la mejor manera. Ambos hemos trabajado en la catalogación y
documentación de colecciones de donaciones arqueológicas y bioantropológicas,
bajo la supervisión de técnicos del Museo Arqueológico de Tenerife y del
Instituto Canario de Bioantropología. En gran medida del esfuerzo de esas
Prácticas nace el libro "El coleccionismo arqueológico de Tenerife",
pues efectivamente nos llevaron a indagar más sobre este tema, considerando la
escasa producción bibliográfica que encontramos.
3. Recientemente han publicado un libro que se titula: "El
coleccionismo arqueológico en Tenerife". ¿Podrían contarnos de qué trata
este trabajo?
Se trata principalmente de un intento de sistematización de un tema
complejo, que aborda desde los orígenes del coleccionismo arqueológico,
consideraciones al respecto, la importancia que ha tenido en las islas, las
mentalidades que se encuentran detrás... Hay una revisión bibliográfica en
varios frentes, tanto textos científicos como de prensa y también un estudio
jurídico que intenta explicar por qué la práctica coleccionista perdura tanto
en el tiempo, al no estar expresamente prohibida e incluso aceptada socialmente
como algo positivo, como se puede analizar a través de la prensa, de las
fuentes orales... En cuanto a la legislación, siempre teniendo en cuenta que
las leyes avanzan más lentas que las sociedades y en este sentido quizás el
patrimonio ha sido un ejemplo a sensu contrario, la necesidad de protección del
patrimonio no ha sido apreciada por todo el mundo de igual manera, aun hoy en
día el coleccionismo de material arqueológico, pese a que lo prohibe la ley, es
una práctica muy arraigada en Canarias y se observa con cierta pasividad por la
Administración a nuestro juicio.
4. Fabio, como Licenciado en Derecho que eres. ¿Qué tipo de penas existen
para quienes expolian el patrimonio o simplemente alteran el registro
arqueológico?
Es
verdad que la formación jurídica te da otra perspectiva de análisis de este
tema, no puramente a nivel histórico, sociológico, pero bajo mi perspectiva y
creo que ambos la compartimos, siempre hay que intentar entender que la ley es
coercitiva por si misma, sin una apuesta educativa, formativa detrás desde los
niveles más esenciales, tiende a tener poca efectividad. En ese sentido además
de las posibles sanciones, lo importante es que la gente esté concienciada
seriamente de que el respeto al patrimonio y al pasado es fundamental para
configurarnos como una sociedad mejor, más avanzada…
En
cualquier caso entre las distintas disposiciones legales que existen yo
destacaría por su proximidad con el tema del coleccionismo que estamos
abordando, la Ley 4/99, en su título VI y concretamente el artículo 96.2. i)
que es esclarecedor: “no comunicar a la autoridad competente los objetos o
colecciones de materiales arqueológicos que se posean por cualquier concepto, o
no entregarlos en los casos previstos en esta Ley, así como hacerlos objeto de
tráfico” supone una multa de hasta 150.000 euros si atendemos al artículo 99.b
de la misma Ley.
5. La pregunta del millón. Sabemos que han estado excavando en el
yacimiento romano de la Isla de Lobos (Fuerteventura). ¿De qué se trata dicho
yacimiento?
El yacimiento de Lobos I, tal y como el equipo directivo ha explicado tanto
en los medios de comunicación como en la exposición temporal que se está mostrando
estos días en Fuerteventura, puesto que todavía se está a la espera de que se
publiquen los primeros estudios, es un taller de producción de púrpura de época
romana, fechado entre el siglo I a.C y el I d. C. Se trata de una instalación
estacional, con zonas de vertidos, concheros, originados por la acumulación del
proceso extractivo de moluscos marinos, correspondiendo el 99% a la especie Stramonita
haemastoma; con un patrón de fractura de origen antrópico realizado con el
fin de extraer el molusco vivo y obtener su tinte.
El registro arqueológico encontrado
hasta el momento, está comprendido por una manufactura romana: cerámica a torno
(vajilla de mesa y cocina, ánforas, recipientes de cerámica fina…), metales
(anzuelos, punzones, aguja de coser redes, fíbulas…) y un instrumental lítico
(yunques, machacadores y mortero). Los restos de alimentación muestran un
consumo de ovicaprinos, cerdos, peces, moluscos y cereales.
Este descubrimiento tan singular en el archipiélago, nos hace plantearnos
en situar al islote de Lobos, como límite meridional de los intereses
económicos romanos en época altoimperial. Como bien sabemos la púrpura fue
considerada uno de los productos más preciados de su tiempo, convirtiéndose su
comercialización en una actividad muy lucrativa que minimizaba los costes de
explotación en zonas tan alejadas del Imperio, como nuestro archipiélago.